Tras más de seis largos meses, ésta pasada madrugada la imagen de Jesús Nazareno ha vuelto a su camarín, aunque sigue dejándonos una estampa un tanto inusual. El Nazareno aguilarense llevaba entronizado en su paso de plata desde el pasado Miércoles de Ceniza, 26 de febrero.
Menos de un mes después de esa fecha fue cuando se paró el tiempo, cuando todo quedó intacto. Se pararon las salas de máquinas de las Cofradías cuando estaban funcionando a pleno rendimiento como cualquier cuaresma. La pandemia originada por el Covid-19 comenzó a mostrarnos que íbamos a vivir la Semana Santa más atípica de nuestra vida.
Jesús Nazareno se quedó a los pies del retablo, como solía estarlo cada año en los previos de nuestra Semana Santa. En este mismo lugar ha permanecido durante todo este tiempo, un poco más cerquita de lo que debería haberlo estado en estos meses del año que estamos viviendo, pero la situación lo requería.
Estas imágenes pertenecen a los momentos vividos durante la pasada Cuaresma.
Desde allí pudimos vivir un momento que pasará a la historia. Recordemos cuando Jesús ofreció su bendición el pasado Viernes de Dolores. Esa noche todo era silencio en la Parroquia del Soterraño, pero el Nazareno estaba colándose en muchos corazones a través de las televisiones y las redes sociales. Posteriormente, el Viernes Santo transcurrió sin que apenas nadie pudiera ver su cara, aun así seguro que muchos aguilarenses estuvieron toda esa mañana acordándose de Él.
Como decíamos al principio, Jesús Nazareno se encuentra ya en la antesala de su camarín. A partir de este momento, ésta será la nueva estampa que verán sus devotos cuando, como manda la tradición, vayan los viernes a visitarlo. Ahora la distancia será un poco mayor, pero sigue pareciendo que Jesús sigue sin querer alejarse mucho de nosotros.
Además, también se ha aprovechado la ocasión para realizarle un cambio de vestiduras y la corona de plata por la que habitualmente venía usando en su camarín.
